Sobre el papel se dibujan puntos colocados de manera que
sean vértices de un polígono (por ejemplo seis puntos
para formar un hexágono). La cantidad de puntos condiciona la
duración de la partida.
Reglas
de juego:
Se sortea el orden de salida.
Cada jugador juega con un
lápiz de un color
distinto y traza segmentos que unan dos puntos cualesquiera del
tablero.
No se puede trazar un segmento
sobre otro ya trazado.
Pierde el jugador que al trazar
el segmento
correspondiente a su turno forma un triángulo con tres lados del
mismo color.